2 de noviembre de 2012

Ruby Sparks. Amor tirano



En las últimas semanas hemos visto en la cartelera tinerfeña diversas formas de llevar la comedia romántica –sean de mayor o menor importancia sus rasgos dramáticos- fuera de los cánones habituales.
Algo que era de esperar de una película indie, dirigida por los realizadores de la simpática y reconocida Pequeña Miss Sunshine.  Ruby Sparks plantea con gran originalidad una reflexión sobre la vida en pareja que por momentos parece tocada por la creatividad desbordante de Charlie Kaufman y la originalidad visual de Michel Gondry. Y es que en sus fotogramas se aprecian ciertos ecos de las brillantes Olvídate de mí y La ciencia del sueño.

La idea de partida de Ruby Sparks es tan sencilla como inusual. Un escritor abatido por la falta de inspiración, comienza a escribir de forma obsesiva sobre una mujer ficticia. Alguien que sería su pareja perfecta, una mujer creada para ser el amor de su vida. Tanto es así, que inexplicablemente la chica sale del papel y cobra vida. El protagonista se topa entonces ante la posibilidad de conseguir la felicidad que siempre buscó al lado de otra persona. 

Bajo ésta sádica premisa que en el fondo es, crear a un ser humano a medida, los cineastas Jonathan Dayton y Valerie Faris consiguen que sus personajes reflexionen sobre el lado tirano del amor. De la presunción de cambiar a la otra persona o de simplemente, querer que se adapte a unas u otras necesidades o expectativas. Y qué mejor forma que apoyándose en una pareja supuestamente ideal, creada literalmente mediante la poética del papel y el lápiz. Descrita por un guion brillante elaborado por la propia protagonista de la película, Zoe Kazan.

En el lado opuesto se encuentra Magic Mike, ya desaparecida de nuestra cartelera. Como encargo del protagonista de la película Channing Tatum, el último trabajo de Steven Soderberg plantea en clave de comedía dramático-romántica, la vida de un grupo de strippers. Si en Indomable la protagonista era una luchadora real en el papel de agente secreto o en The girlfriend experience era interpretada por una actriz porno real, en Magic Mike, Soderberg sigue la misma dinámica y Tatum se interpreta a sí mismo en sus inicios antes de llegar a ser actor. El resultado, una película alumbrada por el más que notable trabajo de Matthew McCunnaughey como secundario, que enmascarada por el sello de un buen cineasta, acaba por no mostrar nada nuevo. Se trata del ejemplo de la dependencia en el cine, de que las historias contengan una relación amorosa que mueva la trama para conseguir que una película sea lanzada con éxito. Eso sí, el talento de Soderberg consigue al menos que no nos topemos con el típico bodorrio al uso y uno pueda entretenerse.

Si Ruby Sparks ha llegado a la gran pantalla con cierta firmeza y Magic Mike no consigue alejarse del producto mainstream al uso, Submarine representaría la otra cara del asunto. La de una buena película que quizás no lleguemos a ver.
 
Submarine narra la vivencia en primera persona de un adolescente que vive el primer amor y la separación de sus padres. Película de trasfondo muy serio pero con toques de humor, que remite en algunos aspectos a Wes Anderson y su Academia Rushmore. Rodada con un aire fresco y detallista, sólo se le podrían reprochar en tal caso algunos detalles de diálogos un tanto forzados, ya que el abuso de la voz en off lo justifica su forma narrativa.

Submarine ha sido estrenada a nivel nacional con dos años de retraso y de momento se ausenta de la cartelera en las islas. Sin embargo, esta ópera prima de Richard Ayoade es sin duda uno de los estrenos más destacables de las  últimas semanas. La pregunta es, ¿llegará algún día a nuestras pantallas, o se quedará en el tintero como tantas otras?

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