11 de septiembre de 2012

Le quattro volte (2010), Michelangelo Frammartino



Le quattro volte tiene la virtud de crear un imaginario de lo real, de hacer creíbles y cercanas imágenes que surgen de la sinergia entre la ficción y la realidad. Imágenes que esculpen el tiempo, que se forjan sin prisa.
El film de Frammartino es un poema a veces surrealista, otras irónico, sobre la vida diaria en un pueblo de Calabria casi deshabitado. Un elogio a las pequeñas cosas. Pequeños gestos, pequeños movimientos de la vida que a veces se nos escapan y son lo que verdaderamente hacen que sea más bella. Un canto a la naturaleza, a las fases de la vida, a las costumbres, a la tradición carbonera. Pero sobre todo un elogio al tiempo. A la pausa.





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