31 de agosto de 2012

Cinco días sin Nora (2009), Mariana Chenillo

Cinco días sin Nora es una comedia negra que zarandea ciertos comportamientos religiosos y del entorno familiar. Rodada en su mayoría en dos espacios cerrados, la película comienza después del suicidio de Nora, narrando los hechos acaecidos en el piso de ésta en los cinco días posteriores a su muerte. Días en los que ante los ojos de su exmarido (interpretado por un enorme Fernando Luján), no dejan de entrar y salir de la casa patéticos y desconcertantes rabinos. Fervorosos creyentes que se comprometen a velar el cadáver y realizar el entierro, para el que según sus creencias, deben esperar el paso de ciertos días clave en la devoción judía. Lo cual da pie a largas horas de espera y conversaciones. Al enfrentamiento religioso, a la contraposición de posturas entre unos y otros, expresadas mediante ágiles diálogos con buenos golpes de humor y sarcasmo. 

Mientras tanto, y con la llegada del hijo, todos irán admirando cómo Nora les tenía preparada su muerte como una especie de venganza, como un plan premeditado para reunirles bajo ese mismo techo, donde desvelarles algunos secretos a través de una serie de pistas que fue depositando en la pieza antes de su muerte. Cinco días sin Nora hace comedia por lo tanto de una situación tan dramática como es la de un entierro, donde aflora la lágrima, aunque también puede surgir la carcajada más absurda ante tanto desconcierto emocional. Haciéndose valer de un guion inteligente y en ocasiones de trasfondo crítico, la comedia negra va transformándose poco a poco en drama, y esa transición que no termina de cuajar, hace que la cinta pierda fuelle. De tal manera que uno casi tiene la sensación de haber visto dos películas distintas, aunque no pierde el interés.

La ópera prima de Mariana Chenillo es otra de esas películas que llega a nuestras pantallas años después de su estreno en Latinoamérica y que de algún modo nos acerca un poco más al cine mexicano actual. Una más que interesante cinematografía de la que generalmente poco conocemos fuera de los circuitos comerciales. De grandes cineastas como Arturo Ripstein y Carlos Reygadas, Iñárritu, Cuarón y Guillermo del Toro son quizás los más conocidos en nuestro país. Pero emergen otros nombres como Enrique Rivero, Francisco Vargas, Juan Carlos Rulfo, Gerardo Naranjo, Rigoberto Pérezcano o por qué no, Mariana Chenillo.

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