18 de octubre de 2011

Mientras duermes (2011), Jaume Balagueró

A pesar de no ser una gran película, Mientras duermes confirma dos cosas. La primera, la capacidad del cine español para crear un cine de género que aúna calidad y entretenimiento, o lo que es lo mismo, éxito de taquilla. La segunda, la reafirmación de un realizador que se mantiene a la cabeza del cine de terror nacional como es el catalán Jaume Balagueró.

Tomando no pocas referencias de La comunidad (Álex de la Iglesia, 2000), Balagueró se vuelve a meter en un edificio céntrico de Barcelona donde rueda casi íntegramente la película, a excepción de un par de planos, como hizo en Rec. Sin embargo, Balagueró abandona en esta ocasión el terror y lo fantástico para crear un thriller de corte realista. Tanto en sus anteriores Darkness (2002), Frágiles (2005) y la saga Rec (2007 y 2009), como su notable primer largometraje Los sin nombre (1999), se muestra una atracción por lo sobrenatural, por aquello intangible que va más allá de la razón humana y nos sume en el terror absoluto. Mientras duermes abandona ese terror irracional y nos sumerge en una atmósfera cotidiana, perturbadora, en la que en ocasiones casi estamos de parte de una persona cuyo sadismo y crueldad son infinitos. No nos olvidemos del gusto de este realizador por los personajes y situaciones de terror y sadismo casi gratuito.

El siempre más que solvente Luís Tosar carga en sus espaldas el peso fundamental de la película, que con la ayuda de Marta Etura conforma un aparato interpretativo sólido y creíble que forma el tándem perfecto con la cadencia y ritmo de la película. Lo cual a medida que avanza el metraje se va generando una atmósfera agobiante de esas con las que bien disfruta dando forma Balagueró y que tan bien sabe crear.

Aunque aparecen a lo largo del metraje algunos tópicos e incluso situaciones un tanto forzadas, no olvidemos que estamos viendo cine de género, un cine que no tiene nada que envidiar a la mayor parte de la parrilla cinematográfica procedente del otro lado del charco que invade nuestros cines.